AVISO: este artículo no contiene spoilers sobre Avengers: Endgame. Sólo discutiremos las motivaciones de Thanos para eliminar a la mitad de la población del universo, expuestas en Avengers: Infinity War. Es seguro leer este artículo aunque no hayas visto la película nueva.
Thanos, cuyo nombre es un juego de palabras del griego thanatos (muerte), es un villano del mundo de Marvel y el villano principal de la Infinity Saga. Thanos es un alienígena de la luna Titán, que se dedica a recolectar las 6 gemas del infinito para usar todo su poder en el guantelete del infinito y así desaparecer a la mitad de la población de todos los planetas del universo. Su motivación principal es la creencia en que, al hacer esto, eliminará las guerras, hambrunas e injusticias de todo el universo, que se originan debido a una sobrepoblación y a una escasez de recursos. Por más que su uso del guantelete del infinito sea muy original, sus ideas sin embargo son todo menos ficticias. Thanos no es el único que ha propuesto el control de la natalidad y la reducción de la población como la solución de los problemas de la sociedad.
Un cálculo simple
“Es un cálculo muy simple: este universo es finito, sus recursos son finitos, si la vida no se controla, la vida dejará de existir. Necesita corregirse.” -Thanos, Avengers: Infinity War
El primer pensador que propuso esta idea fue Thomas Malthus, sacerdote anglicano del siglo XIX, que notó el hecho de que la población crece de manera exponencial, mientras que la generación de recursos y alimentos crece de manera lineal. Por esta razón, eventualmente habría más gente que recursos en la tierra, lo cual llevaría a un caos a nivel mundial: pobreza, hambrunas, guerras por comida, etc. Paul Ehrlich, un autor neo-malthusianista, predijo equivocadamente en 1968 que en los 70’s habría guerras por comida, que para 1999 la población mundial disminuiría a 22 millones de habitantes y que Inglaterra ya no existiría para el año 2000. Sin embargo, las ideas de Malthus son muy famosas hasta la fecha, y siguen siendo la motivación de muchas instituciones internacionales y políticas gubernamentales en todo el mundo.
Medidas drásticas
Esta corriente de pensamiento llevó a un movimiento llamado eugenesia, muy de moda a inicios del siglo XX. La medicina moderna, las vacunas y la mejoría de los estándares generales de vida habían frenado el proceso de la evolución y la selección natural, disminuyendo la mortalidad y propiciando un boom poblacional que nos llevó a la sobrepoblación. Según los eugenicistas, era tarea de la humanidad volver a tomar en nuestras manos las riendas de este proceso de selección natural, controlando la generación de nuevos humanos en cantidad y calidad.
“La práctica más inmoral hoy en día es procrear muchos hijos. (…) La cosa más misericordiosa que una familia numerosa puede hacerle a uno de sus niños es matarlo”. –Margaret Sanger, Woman and the New Race
Margaret Sanger, una enfermera estadounidense y activista por los “derechos reproductivos”, estaba convencida de que las familias numerosas eran la causa de diversos males tales como la pobreza, la guerra, las enfermedades, la explotación laboral infantil, etc. Margaret convenció a varios empresarios, incluyendo a John D. Rockefeller, para que financiaran su proyecto, que finalmente terminó convirtiéndose en Planned Parenthood. Planned Parenthood participó en el desarrollo de la píldora anticonceptiva y en 1973 fue una fuerza mayor para presionar por la legalización del aborto en ese país.
Margaret Sanger va incluso un paso más allá que Thanos, proponiendo no sólo la reducción de la población, sino de algunos grupos raciales específicos y de personas discapacitadas.
“En la historia temprana de la raza, la llamada “ley natural” reinaba sin interferencias. Bajo su inmisericorde regla de hierro, sólo los más fuertes, los más valientes, podían vivir y convertirse en progenitores de la raza. Los débiles, o morían tempranamente o eran muertos. Hoy, sin embargo, la civilización ha aportado la compasión, la pena, la ternura y otros sentimientos elevados y dignos, que interfieren con la ley de la selección natural. Nos encontramos en una situación en la que nuestras instituciones de beneficencia, nuestros actos de compensación, nuestras pensiones, nuestros hospitales, incluso nuestras infraestructuras básicas, tienden a mantener con vida a los enfermos y a los débiles, a los cuales se les permite que se propaguen y, así, produzcan una raza de degenerados”. –Margaret Sanger, Birth Control and Women’s Health
Hoy en día, Planned Parenthood recibe financiamiento del gobierno federal de Estados Unidos y es el mayor proveedor de abortos del mundo. Aunque hoy en día la fundación trate de deslindarse de los pensamientos eugenicistas de su fundadora, lo cierto es que 79% de sus clínicas están localizadas en comunidades de minorías latinas y afro-americanas.
Un cálculo desmentido por los números
El cálculo de Thomas Malthus está mal por una sencilla razón: si bien la población del mundo crece de manera exponencial, no es cierto que los alimentos y demás recursos siempre crezcan de manera lineal. El ser humano no sólo es consumidor y destructor, sino que también es productor e innovador, y es capaz de diseñar tecnologías que le permitan hacer más con menos. Malthus predijo el fin del mundo cuando este sólo tenía 800 millones de habitantes. Sin embargo, hoy en día tenemos más de 7 mil millones de habitantes, y no pareciera que fuera a pasar ese supuesto apocalipsis dentro de poco. Esto se debe a que la innovación tecnológica hace que las cosas sean menos escasas con el tiempo. El desarrollo de la tecnología y su productividad también ha sido exponencial. Nos hemos hechos tan buenos en la agricultura que la cantidad de terreno necesaria para la producción de alimentos ha ido bajando mientras que la población mundial sigue creciendo. ¿Por qué entonces no nos concentramos en desarrollar nuevas tecnologías y mejorar las sociedades para lograr una distribución más justa de los recursos? ¿Por qué Thanos no multiplicó por dos los recursos del universo en vez de eliminar a la mitad de la gente? ¿Será porque es más difícil?
Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y el WFP (Programa Mundial de Alimentos) existe suficiente comida en el mundo para alimentar perfectamente a toda la población mundial. En 2012 se produjo en el mundo suficiente comida para alimentar a 10 mil millones de personas. Sin embargo, según la FAO, teniendo 7 mil millones de habitantes, 815 millones de personas (10.7% de la población mundial) sufrieron de desnutrición crónica en 2016. Y la causa de esta desnutrición según el WFP no es la sobrepoblación, sino diversas razones: la pobreza, las guerras, los desastres naturales, una pobre infraestructura, etc.
Un ejemplo concreto de esto sería el de Venezuela. Sabemos que el país se encuentra en una crisis humanitaria terrible, con escasez de agua, comida, medicamentos, etc, causada por corrupción y un proyecto económico fallido. Pienso que sería una tontería proponer que la solución para los problemas de Venezuela es eliminar a la mitad de la población o repartir preservativos. Estas medidas sólo ignorarían las verdaderas causas estructurales de la pobreza. La verdadera solución sería, por ejemplo, un cambio en el modelo político y económico y la inversión en infraestructura y educación para sacar al país adelante.
Conclusión
La distribución justa de los recursos de la tierra se dará por medio del trabajo y el desarrollo integral de los pueblos, no por el camino fácil de repartir anticonceptivos y DIUs a lo tonto, ni con el chasquido de los dedos de un extraterrestre morado. Es hora de que como humanidad nos demos cuenta de que no se elimina a la pobreza eliminando a los pobres, sino que los mismos humanos somos el recurso que nos puede hacer crear un mundo mejor. Como decía G.K. Chesterton: “La respuesta a cualquiera que hable sobre la sobrepoblación es preguntarle si él mismo es parte de esta sobrepoblación; o si te dice que no, cómo sabe que no es parte de ella”.
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