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Tips para leer la Biblia y no morir en el intento

“Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.” Jn 1,1

He querido comenzar este artículo con el comienzo del Evangelio de San Juan. Nota como dice que la Palabra era Dios, y más adelante dice

“Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros.” (Jn 1,14).

Esta palabra de la que habla San Juan, no es otro que Cristo, Dios mismo, el Verbo de Dios, la Palabra de Dios que se hace carne. “Por esta razón, la Iglesia ha venerado siempre las divinas Escrituras como venera también el Cuerpo del Señor.” (Iglesia Católica, 1997).

Pero, sea cual sea la razón por la que has decidido comenzar a leer la Biblia, déjame felicitarte y ten siempre presente la célebre frase de San Jerónimo:

“El desconocimiento de las Escrituras es el desconocimiento de Cristo”.

¿Por dónde comenzamos?

Antes de comenzar me gustaría que te identifiques con una de las dos afirmaciones:

1. Soy nuevo en mi fe.

Conoces a Dios hace relativamente poco tiempo y quieres comenzar a leer la Biblia.

2. Ya llevo tiempo en la fe.

Eres cristiano (católico, ortodoxo, anglicano, protestante etc.) desde hace varios años y quieres leer la Biblia completa por primera vez.

Si te identificas con la primera afirmación continua leyendo aquí, de lo contrario puedes saltar más adelante:

Lo mejor que puedes hacer en este momento es dirigirte al Evangelio de Juan. Este se encuentra hacia el final de la Biblia. Antes del Apocalipsis, antes de las cartas (o epístolas) y justo antes de Hechos de los Apóstoles. Si tienes problemas encontrándolo puedes mirar el índice (la mayoría de las Biblias lo traen) y este te guiará.

El Evangelio de Juan es absolutamente hermoso, notarás que él escribe y explica algunos detalles que sus compañeros evangelistas pasan por alto. Del mismo modo profundiza en temas espirituales llegando a unas increíbles reflexiones. Es por esto que a este evangelista lo representan con un águila; si lo piensas, este animal vuela más alto que todos los otros y tiene una increíble visión.

San Juan Evangelista

Source: gocek.org


Este Evangelio tiene otra particularidad que es fundamental y es por eso que te recomiendo comenzar con él. Podemos decir que este Evangelio es un compendio de toda la Biblia, de la historia de la salvación.

Después de haber leído Juan, puedes seguir con el Evangelio de Mateo, luego el de Marcos y acabar con el de Lucas. Vas a notar que tienen muchas cosas parecidas, podríamos decir que cuentan la misma historia desde el punto de vista de cada uno, haciendo énfasis en las cosas que les llegaron y utilizando sus propias expresiones, su propio lenguaje.

Cuando termines con los cuatro Evangelios puedes continuar con Hechos de los Apóstoles y las cartas (de Juan, de Pablo, de Pedro etc.). Una vez termines esto habrás leído casi todo el Nuevo Testamento.

Aquí va el orden punto por punto:

  1. Evangelio de San Juan.

  2. Evangelio de San Mateo.

  3. Evangelio de San Marcos.

  4. Evangelio de San Lucas.

  5. Hechos de los Apóstoles.

  6. Cartas de San Pablo (Romanos, Corintios I y II, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, Tesalonicenses I y II, Timoteo I y II, Tito, Filemón y Hebreos)

  7. Carta de Santiago

  8. Cartas de San Pedro (I y II)

  9. Carta de San Juan (I, II y III)

  10. Carta de San Judas (no el que lo traiciono sino el otro).

  11. Apocalipsis

Puedes acompañar tus oraciones con algunos de los salmos. Yo, personalmente, te recomiendo los siguientes: Salmo 1, Salmo 14, Salmo 22, Salmo 26, Salmo 50, Salmo 90, Salmo 102, Salmo 126, Salmo 135 y Salmo 138.

Si te identificas con la segunda afirmación puedes leer desde aquí.

No sé si sepas, pero la Biblia se encuentra toda interconectada entre sí. 73 libros de distintos autores, escritos en épocas diversas, en varias lenguas e idiomas, con muchos estilos literarios, y sin embargo, unos y otros hacen referencia entre sí.

El Gran Autor de la Biblia es el Espíritu Santo, quien inspiró a lo largo de la historia a múltiples autores, cada uno en su contexto y con sus respectivas características. Por otro lado el Gran Protagonista de la Biblia es Cristo, oculto tras un velo que poco a poco se va destapando en el Antiguo Testamento y revelado por fin en el Nuevo Testamento.

Como te decía anteriormente la Biblia se encuentra toda conectada internamente. Por lo cual tiene sentido ir leyéndola de forma pausada, siguiendo las concordancias (así se llama esa interconexión bíblica, haciendo referencia a los versículos de la Biblia que hablan sobre el mismo tema) y meditando lo leído.

Mi recomendación para leer la Biblia es que vayas leyendo el Antiguo Testamento en simultáneo con el Nuevo Testamento. Te invito a visitar los planes de lectura de The Bible Corner ,pueden servirte como un buen punto de partida.

Si en algún momento llegas a algún libro que te está resultando difícil de leer, no tengas miedo en saltarlo y seguir adelante. No es obligatorio leer toda la Biblia de corrido ni conocerla completa desde el comienzo. La lectura de la Biblia es un proceso que puede durar toda la vida.

En conclusión mi recomendación es que leas la Biblia de la siguiente forma (ten en cuenta que algunos libros pueden cambiar de nombre según la edición de la Biblia):

  1. Génesis y Evangelio de San Mateo

  2. Éxodo y Evangelio de San Marcos

  3. Levítico y Evangelio de San Lucas

  4. Números y Evangelio de San Juan

  5. Deuteronomio y Hechos de los Apóstoles

  6. Josué y Sabiduría

  7. Jueces y Rut

  8. Samuel y Eclesiástico

  9. II Samuel y Eclesiástico (este libro es largo)

  10. Reyes y Tobías

  11. II Reyes y Judit

  12. Crónicas y Macabeos

  13. II Crónicas y II Macabeos

  14. Esdras, Nehemías y Ester (estos libros son cortos)

  15. Proverbios

  16. Job y Romanos

  17. Eclesiastés y Corintios

  18. Cantar de los Cantares y Corintios II

  19. Isaías y Gálatas

  20. Isaías (este libro es largo) y Efesios

  21. Isaías (muy largo) y Filipenses

  22. Jeremías (este también es largo) y Colosenses

  23. Jeremías y Tesalonicenses I y II

  24. Jeremías y Timoteo I y II

  25. Jeremías y Tito

  26. Lamentaciones y Hebreos

  27. Ezequiel y Santiago

  28. Ezequiel y San Pedro I y II

  29. Daniel y San Juan I, II y III

  30. Daniel y San Judas

  31. Joel, Amós y Apocalipsis (este no es tan largo, pero es mejor leerlo despacio).

  32. Abdías, Miqueas, Nahum y Apocalipsis.

  33. Habacuc, Sofonías, Ageo y Apocalipsis.

  34. Zacarías, Malaquías y Apocalipsis.

Los salmos deberás leerlos todos los días, así sean dos o tres por día para ir avanzando en ellos.

Algunas recomendaciones adicionales:

1. Siempre que leas uno de los libros ponte en contexto.

Recuerda la época en la que se escribió el libro, que sucedía en la historia en ese momento, a quién iba dirigido el libro, etc.

2. Si hay algo que no entiendes pregunta a una autoridad.

Habla con un sacerdote, con un alma consagrada o, mejor aún, averigua qué dice el Magisterio de la Iglesia respecto a determinado pasaje de la Biblia. Recuerda que solo el Magisterio tiene la potestad de interpretar la Biblia.

3. Aprovecha para orar.

La Biblia (en especial los salmos y los Evangelios), son una gran herramienta para orar. ¡Aprovéchala!

4. Consigue un compañero para leer.

Esto puede generar discusiones interesantes y facilitarte la lectura. Si alguno de los dos se queda retrasado el otro le puede animar.

5. Lleva tu Biblia contigo.

Nada mejor para avanzar en la lectura que tener la Biblia a la mano. Aprovecha los tiempos libres, los paseos, las salas de espera etc.

6. Déjate invadir por la historia que lees.

Identifícate con un personaje. Imagínate los paisajes, las vestimentas, los animales etc.

7. No dejes nunca de leer.

La Biblia no es un libro que se lee una vez en la vida. Es para estar continuamente leyéndolo, una y otra vez a lo largo de tu vida. Te sorprenderá que un pasaje que ya creías conocer de memoria te hablará de una forma distinta cada vez que lo leas. Esto se llama la hermenéutica, pero será una historia para otro día.

¿Qué estás esperando? ¡Comencemos!

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