Me confieso una fiel seguidora del Real Madrid, desde pequeña he seguido la trayectoria de este equipo, he gritado sus goles, criticado sus estrategias y todo lo que un buen fanático hace.
Hace algunos días celebramos la 3era Champions consecutiva frente al Liverpool y pues la 13va en nuestra lista.
Incluso todavía vemos fotos de la gran victoria, análisis del partido, datos curiosos, críticas a Sergio Ramos por ser agresivo, entre otros… pero lo que nunca nos imaginamos es que a pocos días de esa gran victoria el Mister renunciaría.
En el punto más alto de su carrera
Muchos consideran que Zidane se encuentra en el punto más alto de su carrera. Entonces, ¿por qué renunciar al mejor club del mundo?
Muchos hablan que este es el momento preciso, porque ya alcanzó lo máximo que se puede alcanzar con un club. Otros, que había Madrid para rato y así encontraremos muchas opiniones diferentes.
Al hacer una pequeña pausa de este hecho, surge en mi interior la duda: ¿Entonces al alcanzar la lo más alto, llegó el momento de renunciar?
La santidad como “el punto máximo de nuestras carreras”
Muchos aspiramos al éxito profesional, académico, humano… pero pocos nos damos cuenta que esto solo define unos 50, 60 o tal vez 80 años de tu vida. Siendo santos en esta vida, nos jugamos la eternidad.
Si la santidad es el punto máximo que queremos alcanzar, ¿qué hay después de llegar ahí?
Por experiencia propia, si crees que estás a unos pasos de alcanzar la santidad es que aún te faltan unos cuantos pasos más y si crees que ya lo lograste y bajas la guardia… ¡No eras lo suficientemente santo!
¿En qué momento se retira un cristiano de su carrera por la santidad?
¡NUNCA! Cada día es un reto para alcanzar la santidad porque el pasado no podemos cambiarlo, el futuro es impredecible y por eso solo contamos con el presente para poder acercarnos a Dios lo más posible y así alcanzar la vida eterna.
¿Qué pasa si me siento como Zidane y quiero tomarme un tiempo para mi?
Por los momentos no sabemos cuál es la razón por la que Zidane deja el Real Madrid. No sabemos si tiene una oferta de la selección francesa, de algún otro club o si simplemente quiere disfrutar del tiempo libre.
Pero lo que sí es importante es definir por qué te quieres tomar un tiempo de “descanso”. Una cosa es darle pausa al apostolado por estudios, trabajo, situación familiar; otra es establecer prioridades en tu vida espiritual… pero sin duda Dios no quiere que te tomes un tiempo para alejarte de Él.
Por eso si sientes que la vida espiritual, el camino hacia la santidad, se ha convertido en una carga en tu vida quiero dejarte algunos consejos:
1. ¿Qué es lo que te pesa?
Puede ser que realmente no estás viviendo como Dios quiere que vivas tu vida cristiana, sino te estás preocupando netamente por cumplir una serie de normas y criterios sin involucrar el amor de por medio.
2. Te sientes solo
Tal vez eres el único de tu bolita de amigos que va a misa, se confiesa, reza… esto lo hace más difícil pero no imposible. ¿Mi consejo? Intenta conseguir algún amigo que camine contigo, que te entienda y que comparta los mismos ideales que tú.
3. Estás diseñado para ser el mejor
Dios nos creó para la santidad y si crees que le estás echando ganas y vas por buen camino, keep doing that! Porque en la medida que más te acerques a esa santidad, alcanzarás la plenitud de tu vida
4. Si Zidane pudo renunciar, yo también
Todos podemos renunciar porque somos libres. Pero si tú fueras Zidane, tuvieras a esos cracks de jugadores en tu plantilla, ganaras su salario y amaras el fútbol… ¿te retirarías? Seguro no. Por eso piensa: Dios te ha dado cosas maravillosas, te ama, te envía personas increíbles y camina a tu lado. ¿Por qué renunciar al camino de la santidad?
Por último, no te des por vencido en este camino hacia la santidad porque aunque el camino muchas veces se hace cuesta arriba, vale pena porque Cristo no quita nada y lo da todo.
