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¿Santos o brujas?: recuperemos el Halloween

Estamos a punto de una de las celebraciones más famosa del año que se ha propagado por todo el mundo, la noche de Halloween. De seguro ya te llegó una invitación para una fiesta o tus vecinos ya empezaron a decorar sus casas, empiezas a ver calabazas y telarañas en cualquier esquina. Entonces, ¿qué haces? como católico ¿qué hago? Muchas preguntas que si no sabemos solo nos quedamos con que es una noche donde las brujas salen con sus escobas a hacer hechizos y qué va, ¡qué susto!

¿De dónde viene el nombre?

Halloween es la abreviación de “All hallow’s eve” en inglés antiguo, que significa “Víspera de todos los Santos” porque si recuerdas el 1 noviembre la Iglesia celebra el Día de todos los Santos.

Pero si te das cuenta, ¿no te parece intrigante que una fiesta con orígenes católicos hoy en día sea una celebración totalmente extrema, que hasta se dice que es el día de Satanás? ¿qué pasó? ¿en qué momento dejó de ser buena?.

El hombre siempre va en búsqueda de algo superior o sobrenatural, esto se debe a que somos creados por Él y estamos llamados a ir a Él. Al no conocer a Dios, pues se cree en cualquier cosa. Los celtas, que celebraban estas fiestas desde el siglo VI antes de Cristo en el norte de Europa, que se marcaba este día donde se terminaba el calor del sol y llegaban los días fríos. Al no saber y tener claro que son cambios de tiempos naturales, lo atribuían a algo tenebroso, de muertos que regresan, magia y hechizos, colocando al hombre dependiente de la supersticiones, desviando la vida cristiana que reconoce a Dios como su creador. Al difundirse en América y el resto del mundo, es llevada por la cultura del consumismo, si la ignorancia y el marketing gana, vende más una bruja con luces que un santo con vela.

Al darle rienda suelta al terror nuestro enemigo el demonio se aprovecha y hace de las suyas, “la imaginación es la loca de la casa” y sin conciencia imagina todo lo que puede hacer. Por eso algo tan inofensivo como pedir dulces puede llegar hasta secuestro de niños y sacrificarlos. Si nuestra alma no conoce a Dios, somos capaces de lo que sea con tal de experimentar algo que sea más grande que nuestras fuerzas, te recuerdo que el demonio existe y es un ser sobrenatural, entonces ¡te cuidado! y conoce de él, porque tiene toda la capacidad para engañarnos, vestirse de oveja y decirnos: ¿trick or treat?.

“Dios nos ha creado como seres libres y quiere nuestra libertad para que podamos optar de  corazón por el bien, también por el supremo «bien», es decir, Dios. Cuanto más hacemos el  bien tanto más libres nos volvemos.” (YouCat 286)

Pero… ¿Puedo participar en Halloween?

Pienso que disfrazarse no está mal, me parece divertidísimo, pero ¿cuál es mi disfraz? Nuestros actos reflejan de lo que está lleno en el corazón. Puede ser un acto para ofender o para pasarla bien, no sería agradable si mi disfraz es de una monja embarazada, estaría ofendiendo y es lo que pasa mucho; creas en lo que creas el respeto debe ir por delante.

Estamos llamados a ser luz en el mundo, no a estar debajo de la mesa pero tampoco a pasar camuflados, podemos estar en una fiesta, divertirnos, pasarla bien pero con conciencia, pues todo acto que haga vale para ser testimonio. Somos responsables de todo lo que hace conscientemente y por propia voluntad. Mi disfraz sería la mujer maravilla, la Madre Teresa, héroes de la infancia o del mundo real. ¿Cuál escogerías tú?

Como cristianos debemos ir a lo esencial, volver y conocer nuestro origen, ni siquiera es cambiarle el significado, es darle el real.  Y para eso debemos empezar por nosotros mismos. No vamos a cambiar toda una cultura pero sí podemos dar el paso, una buena idea es con los niños, si buscas originalidad me parece más divertido un disfraz de San Francisco de Asís, que tiene historia, traje, escenografía, frases, dramatización, en cambio una momia ni se mueve y solo dice ¡buh! ¿Tú me dirás que es mejor? Te aseguro que con la originalidad de tantos santos, ganarías cualquier concurso. Los dulces me encantan, pero se ha vuelto un acto malas jugadas, por eso sería bueno si con tu comunidad haces juegos con los niños y así podrían divertirse sabiendo que no andan solos en la calle.

“El mal sólo es aparentemente digno de interés y decidirse por el mal sólo hace libre en apariencia.  El mal no da la felicidad, sino que nos priva del verdadero bien; nos ata a algo carente de valor y al final destruye toda nuestra libertad.” (YouCat 287)

Aprendamos a descubrir la grandeza de nuestras raíces, la fe jamás será aburrida. Un verdadero cristiano siempre será alegre, luz del mundo y haciendo de sí mismo lo mejor.

Te invito ese día a hacer algún acto de reparación, pues como ya te dije, el demonio se aprovecha. Podría ser ir a misa, una hora santa o hacer el rosario, pero sobretodo un corazón dispuesto a reparar el corazón de Cristo por aquellos que no lo conocen y optan por el mal.

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