Es posible que muchos hayan escuchado la palabra “cuaresma” anteriormente… para algunos tendrá mucho sentido y para otros es el tiempo “donde la Iglesia no te deja comer carne.” Es importante que primero definamos ¿qué es la cuaresma? Y luego ponernos algunas metas para que esta sea especial.
¿Qué es la Cuaresma?
La Cuaresma son los 40 días que anteceden a la Pascua y ¿qué es eso? la Pascua es la fiesta en donde se celebra la resurrección de Jesucristo. Cuenta la tradición cristiana que dicha festividad comenzó a celebrarse como recordatorio de los 40 días que pasó Jesús en el desierto antes de subir a Jerusalén para padecer su pasión, muerte y resurrección.
Historia Bíblica de la cuaresma
Puede que si conoces un poco de las Sagradas Escrituras te preguntes ¿por qué todo dura 40 días? Porque haciendo memoria, el diluvio de Noé fue durante 40 días (Génesis 7,2); el pueblo de Israel estuvo 40 años en el desierto antes de encontrar la tierra prometida (Éxodo); el ayuno de Moisés por 40 días antes de recibir los 10 mandamientos y los 40 días de Jesús en el desierto antes mencionado. ¿Qué tiene el número 40 de especial?
Resulta que para los judíos hablar de 40, era hablar de una cantidad suficiente…por lo que decir que estuviste 40 años en el desierto no habla de 365 días por 40 años. Sino de tiempo suficiente vagando buscando la tierra prometida. Por esta razón, anteriormente la Cuaresma no eran 40 días exactos, sino el tiempo suficiente de penitencia y ayuno para poder encontrarse con el misterio Pascual. Sin embargo, para poder establecer tiempos concretos y no dejar cabos sueltos, la Iglesia decidió establecer 40 días fijos y así darle una guía a los creyentes.
¿Cuando se celebra en el calendario?
No existe una fecha fija para la Cuaresma como sucede con otras fiestas religiosas. Esto se debe a que la Semana Santa no tiene una fecha determinada y la Cuaresma son esos días antes de la misma. Sin embargo, la Cuaresma viene luego del carnaval e inicia con el Miércoles de Ceniza y culmina con la Pascua.
¿Qué significa que es un tiempo de oración y penitencia?
Dentro de la Iglesia Católica existe un calendario litúrgico, este está definido por diferentes momentos que establecen qué se celebra y cómo se celebra. La Cuaresma es un tiempo de reflexión personal y de sacrificio… en donde se busca preparar el corazón ante lo que se vivirá. Puedes ver los artículos de “En mi vida no pasa nada, todo es ordinario” y “¿Por qué el padre usa diferentes colores en la misa?” para conocer más sobre los diferentes tiempos litúrgicos.
¿Qué cosas se pueden y no se pueden hacer?
La vida de un católico no puede, ni debe estar definida por lo que puede y no hacer. Existen normas que nos ayudan a preparar el corazón ante los misterios de la fe y en tiempo de cuaresma existen algunas recomendaciones por parte de la Iglesia:
El ayuno: los días de ayuno que manda la Iglesia son el Miércoles de Ceniza, los viernes de Cuaresma y el Viernes Santo. ¿A qué se refiere con ayuno? Antiguamente hablar de ayuno se refería a reducir los alimentos diarios a una sola comida a base de pan y agua… algunas personas hoy en día mantienen esa costumbre, sin embargo el ayuno es algo bastante personal y que debe vivirse según lo que Dios pide en el corazón y la salud permita.
¿Cómo vivir el ayuno?
Puedes hacerlo de diferentes maneras y te planteamos algunas sugerencias: puedes reducir tus comidas en cuanto a las cantidades, puedes eliminar ese día algo que te gusta mucho (refrescos, chocolates, pan, te, café, etc), puedes eliminar una comida completa. Asimismo, puede ayunar en otras cosas que no sean alimentos: televisión, redes sociales, computadora, celular, IPad, etc.
Te dejamos dos artículos que pueden ayudarte con el ayuno: “El fitness y la oración” y “5 claves para una dieta cristiana”
La idea del ayuno es ofrecer aquello que más te costaría dejar a Jesucristo y acompañarlo en el recuerdo de su caminar por el desierto.
La abstinencia: los días que manda la Iglesia son el Miércoles de Ceniza, los viernes de Cuaresma y el Viernes Santo. La abstinencia se trata de privarnos de carnes rojas (carne de vaca, pollo, pavo, cordero…) A través de este sacrificio recordamos la sangre que Jesús tuvo que derramar para salvarnos del pecado.
La misa: muchas de nuestras abuelitas solían o suelen ir a misa más seguido durante la Cuaresma. Sin embargo, los días que debemos ir a misa son: Miércoles de Ceniza, Jueves Santo y Domingo de Resurrección. No olvides que la misa es la oración que más agrada a Dios, así que ir entre semana durante la Cuaresma podrá ayudarte a vivirla más intensamente.
¿Debo tener un sacrificio para la Cuaresma?
Muchas personas fijan un sacrificio para la Cuaresma y lo ofrecen esos 40 días por alguna intención especial. También algunas establecen un calendario y cada día se colocan un propósito diferente. De estos calendarios encontrarás diferentes en las redes sociales y páginas web, pero no olvides que puedes fijarte el tuyo propio con recordatorios en tu celular.
¿Por qué vivir la Cuaresma tan intensamente?
En la Cuaresma nos preparamos para la Semana Santa, en donde se revela el más gran acto de amor jamás hecho. Como dice el refrán: “amor con amor se paga” y qué mejor forma que demostrarle nuestro amor a Jesucristo que viviendo una buena y santa Cuaresma.
¿Y qué pasa si…?
¡Es viernes y desayuné un sandwich de pavo! Tranquilo… Jesús entiende que no lo hiciste a propósito y que tendrás otras dos comidas para abstenerte de la carne. Si fue de manera inconsciente, no hay culpa y puedes reparar con cualquier otro sacrificio.
No me he confesado… no puedo ponerme la ceniza. ¡CLARO QUE SÍ! Para que te impongan la ceniza no hace falta estar confesado… pero ¡qué alegría le daría a Jesús verte comulgar ese día!
¿Qué pasa si no cumplí mi promesa un día? ¿Ya no vale? Jesús no quiere que seas perfecto, te quiere santo y ¿qué es un santo? Aquel que reconoce sus caídas y se levanta con la mirada puesta en Él. Así que… ¿no cumpliste hoy? Mañana empieza con el firme propósito de no volver a caer.
¡Recuerda! Lo importante es que puedas vivir una Cuaresma de cara a Dios y que sea un momento de preparación para el mayor misterio de amor.
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