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“El amor salva vidas” #MarchforLife 2018

Hace más de 40 años se legalizó el aborto en Estados Unidos. Gracias al precedente establecido por el caso de Roe vs Wade, las mujeres en el país norteamericano recibieron  “derechos reproductivos”. Esto les abrió la puerta para tomar la decisión de acabar con la vida del bebé que habían concebido: dentro de los primeros meses de embarazo, bajo el cuidado de un médico, y sin tener ninguna consecuencia legal.

Desde 1973 se calcula que la práctica de abortos en Estados Unidos ha cobrado la vida de más de 59 millones de bebés. Solo para que te des una idea, ese número supera las muertes causadas por la Primera Guerra Mundial y es lo equivalente a llenar 733 veces el estadio de los Packers de Green Bay en Wisconsin.  

A muchos esta realidad les cala hasta lo más profundo de la conciencia y cada año, en una fecha cercana al aniversario de Roe vs Wade, se hace una Marcha a favor de la Vida en la capital del país, Washington DC.

El pasado 19 de enero la ciudad amaneció soleada y aunque todavía no se tiene un número oficial, pueden darse una idea de cuántos asistimos viendo este timelapse que se tomó desde la azotea de un edificio.

Más de 600 personas de mi arquidiócesis viajaron 20 horas en camión 1 ó 2 días antes, para poder participar en la Marcha por la Vida. Por mera gracia de Dios, me tocó ir hasta el frente de la Marcha acompañando a 2 estudiantes de mi parroquia. Mientras recorríamos la ruta, fue edificante ver cómo desde temprano las calles estaban llenas de jóvenes con letreros en mano. Llegaban familias, monjas, sacerdotes y frailes de todas las congregaciones dispuestos a marchar para expresar al gobierno de los EEUU su inconformidad por los efectos que ha causado la legalización del aborto.  

Porras con frases como “Yo soy la generación pro-vida”, “Yo creo que el amor salva vidas” y “Roe vs Wade tiene que desaparecer” fueron las que encabezaron el trayecto al frente de la marcha. Así como canciones y gritos de ánimo de todos los que estaban en las banquetas esperando ver pasar a los manifestantes.  

Algo inédito fue que el Presidente Donald Trump dirigió un video mensaje a los participantes desde la Casa Blanca y se pronunció como el primer presidente de Estados Unidos “pro-vida”. Y aún cuando mi opinión sobre su persona y su forma de gobernar es muy baja, pienso que el haber sentado un precedente así hace que la discusión sobre la legalidad del aborto retome importancia y se re-considere entre aquellos que hacen y aprueban leyes en este país.

En una de sus homilías, el Arzobispo de Mobile Alabama – Thomas J. Rodi-, mencionó: “cuando yo era joven y se aprobó esta ley, se creía que los viejos conservadores se irían extinguiendo [muriendo] y la sociedad estaría a favor del aborto y apoyaría la ley porque con el paso del tiempo iríamos progresando mentalmente.” Pero la realidad es otra. Hace unos días se demostró que es la juventud Norteamericana la que, aún contando con todos los avances tecnológicos al alcance de sus manos, prefirió salir a las calles para defender la vida humana desde su concepción y hasta la muerte natural.

Yo creo en la importancia de defender la vida humana. Así que comparto contigo los argumentos más comunes que una mujer “pro-choice” te puede dar y por qué son refutables:

1.- Es solo tejido

Aún cuando te digan que tu bebé es una “bola de tejido” o que no es persona porque no piensa, habla o porque no podría sobrevivir por si mismo/a en el mundo; la respuesta es que ese tejido ya tiene todo lo necesario para un corazón, un cerebro, una manita, dos ojos… en conclusión ese tejido es una persona. Lo único que requiere es tiempo de crecimiento y maduración.

2.- Es mi cuerpo, es mi derecho

Si bien es cierto que dentro del cuerpo de una mujer se acoge la nueva vida, no se puede decidir sobre el cuerpo del bebé que está en desarrollo porque ese es OTRO individuo completamente distinto a la madre. Tiene una genética propia, características que lo hacen único. Todos y cada uno de sus órganos son del bebé, no le pertenecen a la madre, ni la madre tiene “derechos” sobre ellos.

3.- No al sufrimiento

Ya sea que el nuevo ser humano sea producto de una noche de sexo casual, de una violación o simplemente que la madre sea de una clase social baja; se cree que por evitar el sufrimiento es válido abortar. Razones hay muchas:

Que si el niño viene con una enfermedad genética: aborta.Que si mi hija no se piensa casar con su novio de la juventud: aborta. Que se arruinan mis planes de estudiar y viajar por el mundo: aborta.

Las decisiones egoístas traerán consecuencias, pero no es válido quitarle la vida a alguien por no querer sufrir a causa de algo que tú decidiste. Y si no fue decisión propia, como en el caso de la violación, siempre está la adopción como una alternativa para evitar el homicidio de un ser humano. Si tú no quieres a ese bebé, hay miles de parejas que desean acoger a un hijo en sus vidas y que le pueden dar el amor y cuidado que la madre no podrá.

4.- No te lamentarás

Las feministas dicen que ni siquiera piensan en sus abortos, que están en su derecho y no se arrepienten de hacer uso de su libertad, pero como dice una mujer en el documental 40, “Recuerda que esa libertad te acompañará por el resto de tu vida.” Todo ser humano inicia desde la concepción. Cada bebé abortado es una historia que se quedó sin escribir, un amor entre madre e hijo que no se pudo experimentar y por más duro que sea el corazón de una mujer, el recuerdo de la muerte de su hijo estará presente como parte una decisión hecha usando su libertad.  

En conclusión, puede que tú no estés segura(o) de qué creer. Que tengas amigas que hayan abortado y te digan que su vida sigue igual, o que hayas visto como sufrieron por terminar con la vida de su bebé. Los medios y la prensa se encargan de taladrar en nuestras cabezas diciendo que tenemos “derechos”, pero si tú crees en el derecho a decidir, te pregunto: ¿Qué toca decidir? Al final la decisión es si das vida o acabas con ella. Por favor sea que apoyes cualquiera de los dos extremos del debate: INFÓRMATE para poder hablar con claridad de términos y también, para poder tomar decisiones de manera responsable.

Te comparto unas fotos de lo que vi ese día durante la marcha y de nuestra visita a la Basílica de la Inmaculada Concepción.

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