Uber es la compañía de “taxis” más grande del mundo y en sus inicios no poseía ni un solo automóvil. Al igual que Airbnb, podríamos decir que es la compañía de hospedaje más grande del mundo y no posee ni un solo bien; o pensar que Rappi distribuye más platos de comida que cualquier restaurant. Tal vez algunos de ustedes ya habían pensado en esto, pero ahora la interrogante es: ¿Qué tiene que ver todo este rollo con la fe?
Pues muy sencillo, les cuento una historia que me pasó hace poco. Desde hace unos meses estoy viviendo en Madrid, había quedado para comer con una amiga y revisando Google Maps me dice que en metro o autobús me tardo entre 30-50 min en llegar al lugar. Al revisar cuánto tiempo tardo en Cabify (compañía competencia de Uber) me dice que 9 minutos por un costo de 3,30 euros ya que poseía un cupón de descuento. ¡POR SUPUESTO que la opción de Cabify fue la seleccionada!
Decidí caminar hasta una plaza cercana a mi casa y ahí estaba esperando el coche. Me llama, le digo exactamente en qué zona de la plaza estoy y el conductor me dice por teléfono “Ya te estoy viendo” a lo que respondo “sí ya te vi”. Verifiqué los primeros 3 número de la placa y me subí sin preguntar absolutamente nada. A los 10 segundos de estar rodando solo pensé “¿será realmente este Ivan (el conductor que me había asignado Cabify)?” Mi mamá diría, que esto fue una gran imprudencia, para otros, confianza en el sistema.
¿Qué es la fe?
Según Wikipedia, la fe es:
… la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinión, doctrinas o enseñanzas de una religión. También puede definirse como la creencia que no está sustentada en pruebas, además de la seguridad, producto en algún grado de una promesa.
¡Qué fácil es confiar en que tu Uber te llevará a casa, que las fotos de tu Airbnb son reales! Pero qué difícil es quedarnos con “es cuestión de fe.”
Si me preguntas a mi qué es la fe, la definiría como: creer en alguien o algo, aún cuando no ves el panorama completo o incluso no sabes si lo verás en algún momento.
Preguntándole a varios amigos, me decían que para ellos la fe es creer en algo que no ves, pero no por eso quiere decir que no exista.
Y entonces… Uber, Airbnb y la ¿fe?
¡Sí! Te decía al principio que las más grandes compañías hoy en día tiene algo en común: físicamente tienen muy poco o simplemente no tienen nada. ¿Cuáles son estas empresas? Uber, Airbnb, Cabify, Netflix, Yelp, Amazon, Glovo, Rappi, entre otras.
Cuando rentamos un Airbnb confiamos plenamente en la información que nos proporciona el dueño. No conocemos fotos de la calle donde está ubicado, si los vecinos son ruidosos o no; simplemente nos guiamos por la escasa información que nos da el dueño y confiamos en las recomendaciones que dejaron otros al pasar por ahí; lo mismo ocurre con Uber. Nos conformamos con la mínima información que nos suministran, lo vemos como “suficiente” y con ese “suficiente” decidimos confiar y lanzarnos.
Dios nos ha dejado más información que Airbnb
Desde la época de los apóstoles, Jesucristo fue claro con su mensaje. Nos ha dejado más de 73 libros, santos, profetas, milagros, apariciones… incluso algún gran amigo o pariente te dice: “Jesucristo me ha cambiado la vida! y aún así nosotros solemos decir: “no me basta la fe.” ¡Pero sí que nos fiamos de cualquiera hoy en día!
Después de mi episodio con el Cabify, me saltó la pregunta: ¿Basta con que el señor me haya dicho “Ya te vi” para yo subirme al carro de un desconocido? Jesucristo no solo me dice “te veo”, sino que me dice cada día TE AMO y cuántas veces no soy capaz de reconocer sus mensajes o no me parecen suficientes para optar por Él.
Pedimos señales
¡Cuántas veces pedimos señales para que nuestra fe tenga sentido o para abandonarnos plenamente! Pero la realidad es que estamos acostumbrados a ceder nuestros datos, tiempos e incluso seguridad a personas, compañías o cosas que nos piden o revelan muy poco.
¡Qué fácil me hospedo en un Airbnb que no conozco y qué difícil aceptar la invitación a un retiro o actividad fuera de la comodidad de mi hogar!
¡Confío en que la comida que me trae Rappi, Glovo o Uber Eats es confiable, pero qué difícil creer que el cuerpo y la sangre de Cristo es pan de vida eterna!
¡Confío en que Uber, Cabify, Lyft me llevará al destino correcto pero IMPOSIBLE que Dios tenga la mejor ruta para mi vida!
La fe consiste en creer cuando está más allá del poder de la razón creer. Voltaire
Para terminar es importante recordar que la fe es un don, viene de Dios; solo Él puede dárnosla para nosotros creer y ser mejores hijos. Pero para que nos la de tenemos que pedirla.
Cada vez que sientas que necesitas más fe para seguir a Dios y confiar en Él, piensa en todas las cosas en las que confías sin esperar nada a cambio o teniendo cero información.
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