Al comenzar la Cuaresma el Papa suele mandar un mensaje para invitar a vivir bien este tiempo de gracia. Este año el Papa nos invitaba a reflexionar en estos 3 puntos:
Ver en los demás un don de Dios
Ver cómo el pecado muchas veces nos ciega
Considerar que la Palabra de Dios es también un don: “La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios.”.
Creo que es importante saber algunas cosas esenciales de nuestra fe. La mayoría de estas verdades nos las han enseñado en el catecismo, pero creo que para muchos de nosotros eso fue ya hace mucho tiempo.
Es curioso, pero a la vez muy bonito cuando veo en las parroquias a las abuelitas enseñando la fe a los niños pequeños. Hay una ilusión, tanto en los niños como en las catequistas, que es de envidiar y creo que hay que recuperar.
Un sacerdote me contó que, estando en los últimos meses antes de ordenarse, fue a comer con una familia. Mientras estaban terminando de preparar la comida uno de los niños de la casa se acercó para resolver un gran problema que tenía. El niño había recibido la tarea de llevar escritos los Diez Mandamientos y sintió una gran alegría al ver a tan insigne invitado. Se acercó con su cuaderno y le dijo al Padre que si le podía decir los Mandamientos… (Unos meses antes de ordenarse uno acaba de estudiar materias como Trinidad, Cristología, Eclesiología, Mariología, Sagradas Escrituras… y muchas materias que profundizan mucho la fe) pero al Padre se le había ya olvidado parte de lo esencial… ¡¡¡No se acordaba de los mandamientos!!! Claro que no lo dijo y se dejó ayudar por los que estaban en la sala de un modo muy discreto y pudieron completar la lista.
Bueno no te preguntaré los mandamientos, pues creo que eso es muy fácil, pero si quisiera que nos preguntáramos qué es la Biblia.
Lo primero que podemos decir es que la Biblia no es un libro, ¿verdad? Sí, es más bien un conjunto de libros en los que Dios se revela y nos muestra el plan maravilloso de su amor para nuestra salvación.
No es un libro sino 73. Y como bien recordarás están divididos en dos grandes partes: Antiguo Testamento con 46 libros y el Nuevo Testamento con 27.
El Antiguo Testamento, son las Escrituras Sagradas para los judíos, que contiene los libros del Pentateuco (5), los históricos (16), los poéticos y sapienciales (7) y los de los profetas (18).
Por su parte el Nuevo Testamento contiene lo más importante. Consta de los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), los Hechos de los Apóstoles, las Cartas (13 de san Pablo, 2 de san Pedro, 3 de san Juan, una de Judas Tadeo y otra de Santiago y la dirigida a los Hebreos) y el último libro de todos es el Apocalipsis.
El Nuevo Testamento es lo más precioso de la Biblia. Es como el motor de toda la Escritura. Y es que todo el Antiguo Testamento, los profetas, salmos, etc., preparan el camino y hablan sobre el Mesías. Y este mesías es Jesús.
Jesucristo es la Palabra de Dios que se hace hombre y que, con su vida, mediante sus obras y palabras, da cumplimiento a las Escrituras. Jesús, con su Vida, Muerte y Resurrección nos da la plenitud de la Revelación.
Esto que acabamos de decir es muy importante; el Evangelio es, dentro del Nuevo Testamento, lo primordial. Como la joya preciosa en la corona que es el Nuevo Testamento. Es el Evangelio el que nos habla directamente de lo que hizo y dijo Jesús, sus mismas palabras. El Nuevo Testamento es una lectura renovadora.
Si nunca lo has leído, no pierdas tiempo para comenzarlo. Y si de vez en cuando lo lees sigue ese buen hábito, que cada vez que lo leas tendrá algo nuevo que decirte.
El Papa en su mensaje para esta Cuaresma nos decía: “En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia.” Ojalá estos días te pongas el propósito de leer un poco más esa Biblia que seguro tienes en tu casa.
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