Recibí mi primer celular hace 1 año… a los 23 años. Y, contrario a la opinión general considero que he tenido una vida bastante feliz.
Uno de las beneficios de tener celular es el poder escuchar música mientras hago ejercicio… obviamente en Spotify. Como ya había escuchado Kygo y me encantó, me puse a escuchar su música. Y, después me enteré que su estilo se llama “Deep House”, y me fascinó.
Víctor Hugo dijo:
“la música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio.”
La música tiene un poder misterioso, eleva la mente y tiene la capacidad de tocar el alma. Es algo mucho más profundo que simplemente dopamina en el cerebro. Pandora, un radio inteligente en internet, sacó un comercial que trata de transmitir estos sentimientos de alguna forma.
Todos hemos sentido los efectos de la música. Desde el aumento del ritmo cardíaco, la lágrima tristona, o hasta el salto de alegría cuando sale nuestra canción favorita en la radio. La música nos afecta de formas muy distintas y variadas.
Mi experiencia o recomendaciones de algunas canciones
“Carry me” de Kygo es perfecta para escuchar mientras se va corriendo por la calle en la lluvia. Gostan – Klanga (De Hofnar Remix) es buena para escuchar mientras se corre en la elíptica pensando en cambiar el mundo… sí, me pasó. Savannah – Diviners es para soñar en conocer y viajar por el mundo. Y, finalmente la experiencia más fuerte que tuve con Spotify mientras hacía ejercicio fue con la canción “Deeper Love” de Mike Mago.
“Deeper Love”
Soy religioso Legionario de Cristo (por eso lo del celular…) y cuando esta canción salió, me vino instantáneamente el pensar en Jesús. Fue una oración para mí, sentí como si Él me estuviera diciendo, “quiero que nuestro amor sea más real, más pleno, más profundo (deeper love).” Fue un momento excelente con Jesús. Obviamente que la canción originalmente no va dirigida a Jesús, pero eso es lo grande de Dios… ¡todo nos puede acercar a Él!
Pero, la sensación que uno tiene cuando se acaba tu canción favorita es un poco desesperante. Sientes que si la pones de nuevo sería muy artificial, quieres ser “elevado” de esa forma de nuevo, y dejas que siga en shuffle tu playlist esperando que salga una canción igual de buena. Así es como me di cuenta de que este “éxtasis” que se siente con la música no satisface totalmente porque toda canción se acaba, y nosotros no queremos que acabe. Queremos una canción cercana, personal…eterna. Una canción que puedas abrazar, que puedas gozar, y además, que sea eterna. Y, ¿quién puede ser más cercano, más personal, más eterno que Jesús? Jesús, como dice S. Agustín, está más cerca de nosotros que nosotros mismos.
Jesús es alguien real y sale al encuentro no solo cuando rezas y estás en la iglesia, Jesús está contigo en tu momento de descanso, de diversión, incluso en tus momentos de pecado. Jesús no huye de nuestra miseria, de nuestro pecado por más horrible que sea. Por eso estoy seguro de que todo, absolutamente todo nos habla, recuerda, nos hace encontrarnos con Jesús; incluso Spotify en mi nuevo celular…
Te regalo esta lista que hice junto a un amigo para hacer ejercicio que puede ayudarte y generar grandes emociones
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