Cuando era pequeño recuerdo que muchas personas me decían “líder”, ya sea de cariño o como un adjetivo que por alguna razón les calificaba a todos los de mi colegio. Mis amigos sacerdotes eran los primeros en llamarme así “líder” (a todo el que se le cruzaba le llamaban líder), mi madre también hacía lo suyo, me decía que tenía que ser un “líder positivo” para los demás, mi entrenador de futbol me ponía de capitán todos los años porque tenía “madera de líder”. Con el paso de los años fui creciendo, de pronto entro a la secundaría con 13 años y me empiezo a hacer la pregunta ¿Que es ser líder?
Toda mi vida me lo han dicho sin embargo no se el por qué. Me fui directo al diccionario de la Real Academia Española – siempre he sido una persona muy curiosa y no me gusta quedarme con la duda – y la definición dice lo siguiente:
“Líder: Persona que dirige o conduce un partido político, un grupo social u otra colectividad”
En ese momento quede satisfecho, pensé soy capitán del equipo de football, soy responsable de un pequeño grupo religioso, seguro por eso me llaman líder, satisfice mi curiosidad por unos breves instantes mas no duro mucho. Al año siguiente me introdujeron en el colegio a los modelos de líderes que han existido en la historia y me percaté que han existido líderes a los cuales admiro y otros que han destruido a la humanidad y han hecho cosas atroces a pesar de su gran ingenio y capacidad. Ambos modelos cumplen con la definición del la RAE ahí fue cuando recordé lo que mi madre me decía de pequeño: “se un líder positivo…”
¿Que es un líder positivo? Me empece a fijar en los líderes que más admiro, todos tenían 5 características muy importantes:
1. Tiene sentido del humor:
El sentido del humor se asocia con ser una persona inteligente y hace que nuestros pies se mantengan sobre la tierra. No podemos ser líderes positivos sin tener alegría en nuestro corazón, esa alegría que nace tras haber tenido un encuentro personal con el amor, con Dios, y eso nos hace querer compartirlo con los demás de la manera más pura y autentica.
S.S. Francisco
“El cristiano es un testigo de la verdadera alegría, la que da Jesús” S.S. Francisco
2. Es Humilde:
Tenemos que reconocer que no lo sabemos todo y que en cada momento podemos aprender de los demás, sobre todo que necesitamos de la fuerza de Dios en nuestras vidas para volvernos verdaderos instrumentos de su misericordia. Dios hace casi todo y nosotros casi nada pero si no hacemos nuestro casi nada, Dios no hace su casi todo.
Santa Teresa de Calcuta
“Dios se deja conquistar por el humilde y rechaza la arrogancia del orgulloso.” San Juan Pablo II
3. Es Humano:
Siempre estar cerca de los demás pensando en ellos, mantenernos al mismo nivel, nunca pensarnos superiores; también no perder la esencia de lo que somos. Tenemos que aprender a llorar, reír, dormir, vivir, como seres humanos y no como lo que el mundo trata de imponernos, una deshumanización constante. La figura del líder no es para un beneficio propio, es para el bien común en donde nos encontremos.
“Cuando vayas subiendo saluda a todos, que serán los mismos cuando vayas bajando” S.S. Francisco
4. Es Honesto:
Esta característica involucra conocernos a nosotros mismos ya que debemos respetarnos en primer lugar, seguir nuestros propio ideales y ser siempre fieles y verdaderos a lo que creemos. Posteriormente con los demás, siempre de hablar con la verdad y la verdad os hará libres.
“La verdad no se aferra como una cosa la verdad se encuentra” S.S. Francisco
5. Es Coherente:
Esta es la pieza clave del líder, tiene que realmente vivir lo que predica, hace y piensa. Tiene que transpirar sus pensamientos no como quien tiene un obligación de hacerlo por lo que representa sino por amor a sí mismo y su propia felicidad de cara a Dios (claro que conlleva una responsabilidad grande el ser un líder pero no es el fin ser un líder por la responsabilidad que conlleva) tiene que buscar ser santo en vida.
“La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida” San Juan Pablo II
¿Cómo puedo ser yo, un líder positivo? Empleando estas características, me di cuenta de que soy más feliz porque no estoy atado a los lineamientos del mundo, la presión social ni la mercadotecnia. Empecé a ser yo y a cumplir la misión que Dios me encomendó para mi felicidad.
Debemos contemplar la idea de ser líderes, buscar ser santos en esta vida, alcanzar el cielo como nuestra meta última y nuestro objetivo mas sublime. Es un “must” para nuestra felicidad.
Como todo lo bueno en la vida, ser un líder positivo también cuesta, pero te aseguro que puedes llegar a ser santo y por consecuencia un líder para ayudar a los demás a llegar al cielo a través del testimonio de tu felicidad.
Jesús nos enseñó:
“Sed santos como el Padre celestial es santo” (Mt. 5,48).
Para poder llegar a ser santos todo comienza con una palabra clave que San Juan Pablo II nos deja:
“La aventura de la santidad comienza con un sí a Dios”.
¡Atrévete a darle tu sí hoy a Dios y nunca dejarás de ser feliz!
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